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miércoles, 19 de febrero de 2014

Pintura y locura: 10 grandes artistas con problemas mentales

El arte es una de las formas de expresión más singulares que posee el ser humano para transmitir su forma de percibir y experimentar el mundo que le rodea. No parece casualidad que muchos de los grandes artistas que ha dado la historia del arte sufrieran problemas mentales, una dosis de locura que dotó a sus obras de un rasgo distintivo que las elevó por encima del resto. La pintura y la locura se han dado la mano en múltiples ocasiones, y el resultado ha sido la producción de múltiples cuadros que se convirtieron instantáneamente en obras de arte.


Vincent Van Gogh
El artista holandés es uno los pintores más conocidos y alabados de la historia del arte. Curiosamente, nunca llegó a vender un solo cuadro en vida porque la sociedad de su época no le tenía en alta estima. Vincent Van Gogh sufría un trastorno bipolar que iba acompañado por alucinaciones, visiones y una epilepsia psicomotora. “Campo de trigo con cuervos” es el cuadro que mejor refleja la particular personalidad de Van Gogh, quien murió en el año 1890 debido a una herida de bala que el mismo se hizo.




Edvard Munch
Hay cierta controversia respecto al problema real que este pintor expresionista de Noruega sufrió en vida. Algunos apuntan a que padecía esquizofrenia, mientras que otros aseguran que se trataba de una depresión originada por su pronunciado carácter introvertido. En cualquier caso, su vida se relacionó siempre con la muerte y la enfermedad, ya que vio como su madre y una de sus hermanas fallecían por tuberculosis. Su cuadro más inquietante y conocido es “El grito”, una pintura que demuestra el controvertido mundo interior del artista.



William Kurelek
A Kurelek siempre le había atraído el arte y, por ello, no dudó en descartar la tierra a la que sus padres se dedicaban y optar por la expresión artística. Para ello, este canadiense eligió formarse en instituciones de Toronto y México, donde dio muestras de su interés por este mundo escribiendo varios artículos sobre el tema. Ya en Londres, se le diagnosticó esquizofrenia y pasó a vivir el resto de su vida en un psiquiátrico de la ciudad, donde pintó “The maze”, su obra más célebre.

Louis Wain
El artista obsesionado con la figura del gato, al que retrató de múltiples formas a lo largo de su vida, tuvo una formación artística envidiable a diferencia de otros artistas, que también pasaron a la historia por su trabajo. El punto de inflexión le llegó a los 57 años de edad, cuando los médicos le diagnosticaron esquizofrenia y autismo. A partir de entonces, la mayoría de gatos que retrataba comenzaban a tener una apariencia más sombría y deformada que los anteriores.






Aloïse Corbaz
La primera representante femenina de la lista es una suiza que emigró a Alemania para trabajar como profesora particular y que llegó a ser contratada por Guillermo II como educadora infantil. En 1918 le fue diagnosticada esquizofrenia, por lo que ingresó en un centro psiquiátrico hasta el día de su muerte. Fue allí donde su producción artística fue más rica y cuantiosa. Sus pinturas se caracterizaron por el erotismo y la extravagancia; y la figura femenina fue el eje sobre el que giraba su arte.




Josef Förster
El de Förster es un caso curioso porque tan solo realizó una obra, que consiste en un hombre con la cara cubierta y suspendido en el aire gracias a unos largos zancos. Nacido en 1878, Förster era un enfermo mental que pasó toda su vida encerrado en un centro psiquiátrico de la ciudad de Ratisbona, en Alemania. Su única pintura pertenece al modernismo aunque posee numerosos rasgos expresionistas. Su cuadro representa el sufrimiento y el aislamiento que Josef sufrió en el psiquiátrico donde pasó la mayor parte de su vida.

Adolf Wölfli
El “arte marginal” es aquella corriente que engloba a todos aquellos pintores que han sufrido enfermedades mentales y no han recibido ninguna formación artística en sus vidas. Wölfli es el principal exponente de esta curiosa camada de artistas. Tras pasar por la cárcel acusado de abuso de menores, Wölfli terminó ingresando en un psiquiátrico por culpa de sus alucinaciones. Allí pasó el resto de su vida hasta su fallecimiento en el año 1930. Además de pintor, también fue poeta, escritor y compositor, lo que da una idea de lo polifacético que era.

Séraphine Louis
No se conocían muchos datos de su vida personal. Tras trabajar como pastora y servir en varias casas, esta artista francesa comenzó a pintar a la edad de 42 años. No tuvo ninguna formación académica, ni obras anteriores a su inicio artístico, lo que hace una incógnita su interés por el arte a una edad tan avanzada. En 1932 ingresó en un psiquiátrico presa de la locura y pasó allí sus diez últimos años de vida. Su obra es relacionada en estilo con la de Vincent Van Gogh.

Josef Grebing
Su particular estilo de arte influyó en otros artistas relevantes de la talla de Salvador Dalí, Pablo Picasso o Max Ernst. Grebing era un hombre de negocios alemán que dejaba muestras de su arte en sus antiguos libros de contabilidad y que, inesperadamente, se vio sorprendido por su enfermedad mental. Todas sus obras tenían como propósito buscar el orden y la armonía por encima de todo. Para los artistas surrealistas, Grebing fue una gran fuente de inspiración en sus cuadros y un modelo a imitar.



Martín Ramírez
Ramírez fue un pintor mexicano que estuvo los últimos 30 años de su vida recluido en un centro psiquiátrico. Cuándo se le diagnosticó esquizofrenia y depresión, comenzó a pintar de manera habitual. En su obra se puede observar cómo mezcla la cultura mexicana con la búsqueda espiritual del artista. Gracias a su originalidad, Ramírez es uno de los mejores artistas autodidactas del siglo pasado, según coinciden numerosos expertos en arte, y un auténtico estandarte del arte de Latinoamérica por el mundo.

Fuente: Ehow





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