A los 12 años, empezó a escribir ensayos, poemas y un diario literario, y a los 15 años ganó un premio de poesía.
Se hizo popular por sus acuarelas que mostraban escenas de la costa norte de California y de las sierras de Utah y Arizona.
Entre 1931 y 1934 realizó numerosos viajes, a caballo y en burro, por Arizona, Nuevo Mexico, Utah y Colorado. Durante sus viajes escribía sus impresiones y pintaba en plena naturaleza.
En la última carta que le escribió a su hermano mayor, fechada el 11 de noviembre de 1934, decía:
"En lo que respecta a mi regreso a la civilización, no creo que se produzca pronto. Todavía no me he cansado de los espacios salvajes; al contrario cada vez estoy más entusiasmado con su belleza y la vida de vagabundo que llevo. Prefiero una silla de montar antes que un tranvía, el cielo estrellado antes que un techo, la senda oscura y difícil que conduce a lo desconocido antes que una carretera de asfalto, y la profunda paz de la naturaleza antes que el descontento de las ciudades. ¿Me culpas de que siga aquí, en el lugar al que siento que pertenezco y donde yo y el mundo que me rodea somos uno? Es cierto que añoro la compañía inteligente, pero hay tan pocas personas con quienes compartir las cosas que tanto significan para mí que e aprendido a contenerme. Me basta con estar rodeado de belleza (...)
Incluso por lo que deduzco de tus breves comentarios, sé que no podría soportar ni la rutina ni el ajetreo de la vida que estas obligado a llevar. Creo que nunca podré echar raíces. A estas alturas he buceado tanto en las profundidades de la vida, que preferiría cualquier cosa antes que tener que conformarme con una existencia sin emociones."
El corral para los animales que hizo en su campamento, en un cañón, fue el único rastro que dejó, después, ya no se supo nada más de él. Algunos creen que murió al caer de un precipicio o ahogándose, mientras otros consideran que fue asesinado para robarle sus mulas. Otros creen que cruzó el río Colorado a la reserva de los Navajo en Arizona y que se casó con una mujer navajo, aunque esto es muy improbable.
En el año 2009, se anunció que unos exámenes realizados con el ADN extraído de unos huesos descubiertos en una cueva cerca del pueblo de Utah, confirmaron que pertenecían a Everett Ruess, pero meses después, un nuevo análisis de las muestras halladas demostró que se había cometido un error en la primera prueba, y que los huesos de la cueva de Bluff habían pertenecido a un nativo.
Sus aventuras, poemas y dibujos, sumadas su desaparición sin resolver, lo han convertido en una figura legendaria en EEUU.
Everett no publicó ningún libro en vida, pero sus diarios, poesías y dibujos aparecieron más tarde en dos libros: "On Desert Trails with Everett Ruess" en 1940, y "Everett Ruess: Vagabond for Beauty" en 1983.
Por Patricia Martín Zurro
Entre el Caos y el Orden
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