Esta intolerancia a los olores, también conocida como osmofobia, se nota, entre otras cosas, en que los pacientes son capaces de detectar olores a gran distancia.
Además, el olor en sí mismo es un desencadenante de las migrañas en un 48% de los casos, lo que convierte a los aromas intensos en el segundo factor que con más frecuencia causa dolores de cabeza por detrás del estrés (59%).
Los olores de los perfumes, del humo de los cigarrillos y de los productos de limpieza son los olores más frecuentemente relacionados con las migrañas, según la investigación. Le siguen en el ranking, en este orden, el queroseno, el amoniaco, la lejía, la gasolina y la contaminación.
Fuente: muy interesante
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