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jueves, 19 de septiembre de 2013

Reducir el consumo de sal es tan positivo como dejar de fumar

Consumir sal en exceso es la causa de numerosos problemas de salud, no solo relacionados con las enfermedades cardiovasculares, sino también con insuficiencia renal, osteoporosis y cáncer de estómago. De hecho, según la Fundación Española del Corazón (FEC), reduciendo al menos la mitad del consumo de sal diario obtendríamos beneficios en nuestra salud comparables a los derivados de dejar de fumar.

Hace más de una década que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 6 gramos el consumo máximo diario de sal, cifra muy por debajo de la que se ingiere de media en el mundo, entre 10 y 12 gramos. La mayor parte de la ingesta diaria de sal, el 80%, proviene de los productos envasados y precocinados.

"Añadir sal en la comida, tanto en el momento de procesado como en el de consumo, es innecesario. La sal empezó a utilizarse para conservar los alimentos durante más tiempo, pero con los sistemas más modernos de conservación, esta medida ya no es necesaria y en la actualidad se utiliza básicamente para dar más sabor a la comida", advierte la Dra. Pilar Mazón, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y cardióloga del Hospital Clínico de Santiago de Compostela.

La sal contribuye a la retención de líquidos por parte del organismo, lo que produce una presión sobre las arterias y favorece la aparición de la hipertensión. Según datos de la OMS, la hipertensión es la causante del 62% de los accidentes cerebrovasculares y del 42% de las enfermedades del corazón.

De acuerdo con un estudio recientemente publicado en The New England Journal of Medicine que simulaba los efectos esperables al reducir el consumo de la sal en la población de Estados Unidos, una reducción dietética de 3 gramos diarios de sal disminuiría el número anual de enfermedades cardiovasculares entre 60.000 y 120.000 casos, de ictus entre 32.000 y 66.000, de infarto de miocardio entre 54.000 y 99.000, y de fallecimiento por cualquier causa entre 44.000 y 92.000 casos al año. Además, esta medida también sería beneficiosa desde el punto de vista económico, consiguiendo un ahorro de entre 10.000 y 24.000 millones de dólares.

A la vista de estos datos, algunos países han decidido implantar algunas medidas preventivas. Fue el caso de Finlandia, que en los años 70 inició una campaña de concienciación consiguiendo una disminución en el consumo de sal de 12 a 9 gramos diarios. Gracias a esta medida se consiguió una reducción de enfermedad cardiaca coronaria y de accidente cerebrovascular de entre un 75% y un 80%, lo que ha alargado la esperanza de vida de 5 a 6 años.

"Conseguir una reducción en el consumo de sal es una tarea que requiere el esfuerzo de todas las partes implicadas. Por un lado está el propio ciudadano, que puede empezar a aplicar medidas como cocinar sin sal, retirar el salero de la mesa o comprar los productos que sean bajos en sal, lo que no significa que sean de régimen sino que son saludables; por otro lado está la industria alimentaria, que debería disminuir la cantidad de sal que le añade a los productos y hacer un etiquetado más fácil de entender y que informara de la cantidad de sal añadida; y finalmente se encuentran los organismos públicos, que deberían tomar medidas restrictivas relacionadas con el consumo de sal así como iniciar campañas masivas dirigidas a informar sobre los efectos nocivos de esta", recomienda la Dra. Mazón.

Fuente: radiomundial



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