Y si el ejercicio promueve el buen humor, la retroalimentación que se da entre estos dos (el ejercicio te lleva al buen humor y el buen humor a hacer ejercicio) es a todas luces benéfico.
Para avalar esto, un nuevo estudio llevado a cabo en el Hospital de Dinamarca analizó información de 600 pacientes con cardiopatía isquémica. En 2005, los pacientes respondieron preguntas para evaluar su estado de ánimo, y con cuánta frecuencia se ejercitaban.
De los ochenta pacientes que murieron durante el estudio, treinta pacientes (10 por ciento) fueron evaluados como personas con actitud positiva, mientras que 50 (16.5 por ciento) tenían una actitud más negativa.
Pero además del ejercicio existen múltiples razones por las cuales la actitud positiva puede ser buena para la salud. Puede reducir el nivel de hormonas de estrés y marcadores inflamatorios. Y la gente positiva tiende a adoptar comportamientos más saludables así como comer mejor, dormir mejor y cuidarse. En resumidas cuentas, la actitud positiva ante la vida hace que te quieras más a ti mismo y te cuides. Lo demás es otra historia.
Fuente: Ecoosfera | MNN
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