Porque proliferarían muchos microorganismos nocivos. La carne, el pescado, las verduras... son ya organismos muertos cuando los tenemos en casa, así que la descomposición se ha iniciado en ellos. Y ese proceso se produce gracias a varios tipos de bacterias. Las termófilas (de hábitat caliente) y las mesófilas (temperaturas medias) mueren por debajo de los 17ºC bajo cero, pero las psicrófilas (resistentes al frío) sobreviven, e incluso proliferan. Así que congelar de nuevo sería darles la oportunidad de alcanzar un número peligroso.