Habiendo alcanzado el éxito en la juventud, sus últimos años estuvieron marcados por la tragedia personal y la ruina económica. Sus dibujos y pinturas fueron siempre muy populares, gozando también de gran predicamento entre los artistas, y durante veinte años se convirtió en el maestro de prácticamente todos los pintores holandeses. Entre los mayores logros creativos de Rembrandt están los magistrales retratos que realizó para sus contemporáneos, sus autorretratos y sus ilustraciones de escenas bíblicas. En sus autorretratos, especialmente, encontramos siempre la mirada humilde y sincera de un artista que trazó en ellos su propia biografía.
Rembrandt tenía un profundo conocimiento de la iconografía clásica, y en sus pinturas y grabados solía interpretarla libremente para ajustarla a su propia experiencia. Así, en la representación de una escena bíblica, Rembrandt solía combinar su propio conocimiento del texto con su particular concepto de la composición clásica y algunas observaciones anecdóticas de la población judía de Ámsterdam. Por la empatía con que retrató la condición humana, Rembrandt ha sido considerado "uno de los grandes profetas de la civilización".
Si bien resumir la obra de este maestro resulta tarea casi imposible, traemos 7 de sus grande pinturas, a conocimiento de que obligatoriamente, muchas quedarán para una próxima entrega, para la que esperamos, cordialmente, sus sugerencias y comentarios.
Lección de anatomía del doctor Tulp
Año: 1632
Descripción: Óleo sobre lienzo. 169,5 x 216,5 cm.
Ubicación: Museo Mauritshuis. La Haya
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Filósofo meditando
Año: 1632
Descripción: Óleo sobre tabla. 28 x 34 cm.
Ubicación: Museo del Louvre. París
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Sansón cegado por los filisteos
Año: 1636
Descripción: Óleo sobre lienzo. 206 x 276 cm.
Ubicación: Stadelsches Kunstinstitut. Frankfurt
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Abraham e Isaac
Año: 1635
Descripción: Óleo sobre tela. 193.5 × 132.8 cm
Ubicación: Hermitage San Petersburgo
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