Y justamente cuando se habla de esta época inmediatamente sale a colación el nombre de Leonardo da Vinci, sin duda una de las mentes más privilegiadas de la historia a quien se le imputa la responsabilidad de esta, según se vea, piadosa falsificación o ingeniosa broma de la santa reliquia.
Este asunto vuelve a adquirir relevancia pública por la reciente recuperación y restauración de una de las obras perdidas de Leonardo, un cuadro que ahora se conoce como Salvator Mundi y que representa a Jesús en una distribución iconográfica de Mesías triunfante: de frente, la mano derecha en alto haciendo un signo de bendición con los dedos y sosteniendo con la izquierda, pegado al regazo, un globo imperial coronado con una cruz o, en el caso de la pintura atribuida a Leonardo, solo un globo de cristal.
Tomando como referente este retrato, los investigadores Lynn Picknett y Clive Prince han notado el enorme parecido existente entre los rasgos del Cristo ahí representado y los trazos en la Sábana Santa. Y quizá, más que parecidos, podría hablarse de una exacta correspondencia entre ambos, como si uno fuera la continuación o el complemento del otro, acaso la copia.
Por otra parte, Picknett y Prince aseguran también que el procedimiento mediante el cual Leonardo pudo conseguir este efecto se asemeja a una especie de fotografía rudimentaria, tomas renacentistas logradas por el conocimiento magistral que Leonardo tenía en cuestiones de óptica y lentes. De hecho los investigadores sugieren que el globo de cristal que sostiene el Salvator Mundi —simple, sin la cruz que acompaña a estos objetos que también se conocen como orbes— podría ser una alusión encriptada del propio Leonardo a esas prácticas casi fotográficas que desarrolló y que pudiera haber aplicado en el Sudario de Turín (lo cual, de paso, también nos daría una idea del aspecto que tuvo el maestro en vida).
@Culturizando
Fuente: pijamasurf.com
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