Hace más de 100 años era imposible imaginar a Sir Elton John asistiendo como invitado especial en la boda real, mientras que el gran Oscar Wilde era condenado por “inmoral” –entre otros alegatos discriminatorios-. Eso nos invita a reflexionar sobre nuestra evolución en el pensamiento y en la tolerancia.
Pero, ¿realmente el mundo ha cambiado su forma de pensar?, ¿somos más amplios de mente ahora que en el pasado?
Pienso que el gran cambio que ha experimentado esta sociedad actual deriva en que hoy todo se sabe y todos hablamos al respecto… no necesariamente lo “aceptamos”, simplemente lo “hablamos”.
Noticias como la pena de muerte a homosexuales en Uganda, o la condena de hasta 14 años de cárcel en Nigeria, alarman a la sociedad occidental, pero sorprendentemente, nosotros como medio de comunicación -como ventana a la opinión y pensamiento de nuestros lectores- recibimos prácticamente la misma cantidad de comentarios negativos que de comentarios a favor, ante noticias de este tipo.
Nos creemos más evolucionados porque supuestamente somos más abiertos a las diferencias, cuando lo que ocurre en realidad es que solo lo hablamos más, opinamos con más libertad, pero no necesariamente nos respetamos más estas diferencias, las creencias, las inclinaciones entre unos y otros.
La sociedad actual no es precisamente “amplia de mente”, sólo somos “amplios en los temas de conversación” y nos hemos vuelto capaces de hablar de cosas antes consideradas tabúes.
La tolerancia y la aceptación son personales, y si bien a todos nos pareció un avance en la aprobación de la diversidad ver a Elton John (a quien además nombraron ‘Sir’) compartiendo con la misma familia que despreciara a Wilde, o a Ricky Martin admitiendo cada semana lo que ya todos sabíamos, que nos guste o no, no debería ser la discusión.
Pienso que el concepto de una verdadera sociedad civilizada no está en todos aplaudir lo mismo, está en saber respetar el aplauso ajeno.
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