Se denomina caja negra o registrador de vuelo al dispositivo que, principalmente en los aviones, registra la actividad de los instrumentos y las conversaciones en la cabina. Su función es almacenar datos que, en caso de un accidente, permitan analizar lo ocurrido en los momentos previos. A continuación te presentamos algunos datos históricos sobre este particular artefacto.
• Los primeros registradores de vuelo se empezaron a usar a finales de los años 1950 y se les llamó cajas negras, denominación que perduró incluso después de que se pintasen de color naranja claro para facilitar su localización tras un accidente.
• La denominación de cajas negras proviene, al igual que en otras situaciones (como día negro) de que en el momento que las cajas negras se hacen necesaria, es porque ha sucedido un accidente aéreo.
• Estas registradoras, están acondicionadas en cajas metálicas de gran solidez, diseñadas para resistir golpes extremadamente violentos, fuego e inmersiones prolongadas en aguas profundas.
• Un avión comercial lleva reglamentariamente dos cajas negras: el FDR (Flight Data Recorder, grabador de parámetros de vuelo) y el CVR (Cockpit Voice Recorder, grabador de sonido en cabina).
• El FDR registra continuamente datos como velocidad, altitud y trayectoria del avión.
• El CVR, graba las conversaciones en la cabina de pilotos, pero también todos los sonidos. Un análisis acústico puede servir además para determinar el régimen de los motores.
• Los registradores actuales emplean microcircuitos de memoria flash, capaces de almacenar datos durante varios años sin alimentación de energía.
• Estos dispositivos están protegidos por una caja de acero blindado de unos 7 kilos, que puede resistir bajo el agua un mes a 6.000 metros de profundidad o a un incendio de una hora a 1.100 grados centígrados.
• Están equipadas con una baliza que se pone en marcha en caso de accidente y emite una señal ultrasónica para permitir su localización. La señal es emitida cada segundo durante al menos un mes y con un alcance de unos 2.000 metros.
• Recientemente se amplió la lista de lecturas instrumentales a almacenar y también se ha propuesto que cada grabadora de voces de cabina esté equipada con una fuente de alimentación de reserva para que pueda seguir funcionando aunque se averíen los circuitos eléctricos de la aeronave.
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• Los primeros registradores de vuelo se empezaron a usar a finales de los años 1950 y se les llamó cajas negras, denominación que perduró incluso después de que se pintasen de color naranja claro para facilitar su localización tras un accidente.
• La denominación de cajas negras proviene, al igual que en otras situaciones (como día negro) de que en el momento que las cajas negras se hacen necesaria, es porque ha sucedido un accidente aéreo.
• Estas registradoras, están acondicionadas en cajas metálicas de gran solidez, diseñadas para resistir golpes extremadamente violentos, fuego e inmersiones prolongadas en aguas profundas.
• Un avión comercial lleva reglamentariamente dos cajas negras: el FDR (Flight Data Recorder, grabador de parámetros de vuelo) y el CVR (Cockpit Voice Recorder, grabador de sonido en cabina).
• El FDR registra continuamente datos como velocidad, altitud y trayectoria del avión.
• El CVR, graba las conversaciones en la cabina de pilotos, pero también todos los sonidos. Un análisis acústico puede servir además para determinar el régimen de los motores.
• Los registradores actuales emplean microcircuitos de memoria flash, capaces de almacenar datos durante varios años sin alimentación de energía.
• Estos dispositivos están protegidos por una caja de acero blindado de unos 7 kilos, que puede resistir bajo el agua un mes a 6.000 metros de profundidad o a un incendio de una hora a 1.100 grados centígrados.
• Están equipadas con una baliza que se pone en marcha en caso de accidente y emite una señal ultrasónica para permitir su localización. La señal es emitida cada segundo durante al menos un mes y con un alcance de unos 2.000 metros.
• Recientemente se amplió la lista de lecturas instrumentales a almacenar y también se ha propuesto que cada grabadora de voces de cabina esté equipada con una fuente de alimentación de reserva para que pueda seguir funcionando aunque se averíen los circuitos eléctricos de la aeronave.
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